lunes, 19 de abril de 2010

jueves, 15 de abril de 2010

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Es un tema...

Pensar que de pronto todo a lo que estás acostumbrado se puede esfumar: que tus clases ya no son más clases sino perfectas canciones de cuna, que no te gusta tu trabajo, que manejar con lluvia y de noche es terrible, que tu ropa ya no se parece a ti, que te quieres cortar el cabello y no te atreves.

El café cuesta 6.50 y no evitas recordarte cuando costaba 350 de los viejos. Esos son 0.35 ahora... Nada vale 0.35.

Tus amigos ya no son como eran cuando eras feliz y no lo sabías, tu mamá está feliz y eso también es un cambio, tu hermana se va a España y eso te hace feliz y triste,ver videos de Lady Gaga también te hace feliz, pero ya no puedes, porque tienes más de dos semanas sin arreglarte las uñas... Una desgracia total.

Quieres un diamante algún día y te da verguenza aceptarlo, por aquello de los niñitos de Sierra Leona. Tienes tiempo de pensar en eso, de pensar cómo crece la alfalfa pero no tienes tiempo de leer a Araújo Falcao por que es tremendamente aburrido. Hasta el derecho tributario se te hizo aburrido de pronto, ni siquiera Weffe lo saca a flote, ni siquiera Weffe.

Quieres conocer a un Alejandro para dedicarle la canción esa de ella, que no tiene sentido. Quieres tocar piano otra vez, pero no te decides a leer los pentagramas, no te decides a pedirles el piano a ver si existe la esperanza de que te lo den, crees que ya estás muy vieja para la gracia y desistes.

La mamá de tu novio te dice que eres afinada, le gustas, increíble.

No has resuelto el problema que acosa a tu voz. Que hace que sea ronca como le gusta a tu hermano y a Coy. Pero quieres cantarle a Julián, pero no has resuelto, como sueles hacer, dejarlo todo para mañana, para cuando tengas carro, para cuando te sepas la ruta.

Para cuando no te de miedo perderte...

Ese es un tema.