Han sido tan fáciles de vivir para mi, que no me he dado cuenta de que han pasado.
Con fáciles, no me refiero a que no los haya vivido intensamente, porque en esta mitad de año, he crecido un mundo, de la mano caliente de aquel que me ha acompañado durante este tiempo. Por que con él y no precisamente por él, he empezado a conocerme y a no perderme más. A definir al menos que no quiero, y cómo hacer para no volver a permitir sumergirme en esas cosas que no quiero.
He aprendido a ser feliz en mi individualidad y también a ser feliz en compañía de otro. Y sigo aprendiendo.
Conocí el Sur de mi país. Puerto Ordaz. No-verde, como suele ser. La Llovizna, el Cachamay, con unos cuantos bastantes metros menos de agua. Al lado del generador principal de energía de este país, racionaban la electricidad 2 días a la semana por 4 horas. Vergüenza.
Pero ni eso me hacía triste, porque yo estaba con él, y él podía dormir hasta las 9 si yo estaba a su lado, y vimos como se unen los ríos. Y conocí a su hermanito y lo quise desde el primer día. Y jugué en el penetrable y me tomó fotos. Y logró que me pusiera cómoda en el autobus.
En esta mitad de año terminé el tercer año de mi carrera. No sin algunas dudas sobre lo que va a ocurrir después, sobre qué va a pasar cuando ya no tenga más años para estudiar en Caracas, y en dónde voy a trabajar. Porque en esta mitad de año también renuncié a mi trabajo como consecuencia de ese aprendizaje de entender cuáles son las cosas que no quiero. Y definitivamente, este trabajo no lo quería. Yo quiero ayudar a la gente. Y eso pretendo hacer.
Durante este periodo, también aprendí a manejar. Maravillosa sensación la de estar esperando a que el semáforo cambie con la avenida libre ante ti. Verde. Primera. Segunda. El motor se queja. Tercera. Y la emoción se acaba. Rojo. Neutro. Freno. Y luego otra vez... He encontrado en la Francisco de Miranda a las 9 de la noche un enorme placer. Amo manejar aquí. Lady Gaga de fondo. Ilan Chester esperándome en casa. Todo un lujo.
Y ya no peleé más en esta mitad de año. En la que logramos lo que individualmente nos propusimos. Paz.
Saludos, que por la otra voy.
Con fáciles, no me refiero a que no los haya vivido intensamente, porque en esta mitad de año, he crecido un mundo, de la mano caliente de aquel que me ha acompañado durante este tiempo. Por que con él y no precisamente por él, he empezado a conocerme y a no perderme más. A definir al menos que no quiero, y cómo hacer para no volver a permitir sumergirme en esas cosas que no quiero.
He aprendido a ser feliz en mi individualidad y también a ser feliz en compañía de otro. Y sigo aprendiendo.
Conocí el Sur de mi país. Puerto Ordaz. No-verde, como suele ser. La Llovizna, el Cachamay, con unos cuantos bastantes metros menos de agua. Al lado del generador principal de energía de este país, racionaban la electricidad 2 días a la semana por 4 horas. Vergüenza.
Pero ni eso me hacía triste, porque yo estaba con él, y él podía dormir hasta las 9 si yo estaba a su lado, y vimos como se unen los ríos. Y conocí a su hermanito y lo quise desde el primer día. Y jugué en el penetrable y me tomó fotos. Y logró que me pusiera cómoda en el autobus.
En esta mitad de año terminé el tercer año de mi carrera. No sin algunas dudas sobre lo que va a ocurrir después, sobre qué va a pasar cuando ya no tenga más años para estudiar en Caracas, y en dónde voy a trabajar. Porque en esta mitad de año también renuncié a mi trabajo como consecuencia de ese aprendizaje de entender cuáles son las cosas que no quiero. Y definitivamente, este trabajo no lo quería. Yo quiero ayudar a la gente. Y eso pretendo hacer.
Durante este periodo, también aprendí a manejar. Maravillosa sensación la de estar esperando a que el semáforo cambie con la avenida libre ante ti. Verde. Primera. Segunda. El motor se queja. Tercera. Y la emoción se acaba. Rojo. Neutro. Freno. Y luego otra vez... He encontrado en la Francisco de Miranda a las 9 de la noche un enorme placer. Amo manejar aquí. Lady Gaga de fondo. Ilan Chester esperándome en casa. Todo un lujo.
Y ya no peleé más en esta mitad de año. En la que logramos lo que individualmente nos propusimos. Paz.
Saludos, que por la otra voy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario