Estrenar una nueva agenda, es como abrir la ventana de un cuarto encerrado... Sentir el aire fresco y el calor del sol. Respirar la limpieza que viene de afuera. De aquel afuera al que pronto saldremos.
Ese nuevo año, que promete siempre ser mejor que el anterior, o al menos eso es lo que esperamos. Dejamos al anterior, agotado, cansado, devaluado, gris, expropiado, y creemos, con sincera fe, que algo, alguito del próximo será mejor.
Sinceramente, no sé si el año que viene va a ser mejor que el anterior, para Venezuela, digo. Soy escéptica y a veces creo que aún no hemos visto lo peor, y que lo peor viene con cada año. Nos tenemos que llenar de fuerza y de esperanza para sobrevivir este próximo año.
Sin embargo, y ante este panorama, nos tenemos que enfocar en nosotros, sólo en nosotros, egoístamente y pensar ¿qué traerá el año nuevo para nosotros? ¿qué haremos nosotros para hacer de este año, uno mejor que el anterior?
Esa hoja limpia y blanquita de la novísima agenda. La agenda que ya tiene múltiples obligaciones y que empecé a escribir con dicha, decidida a recuperarlo todo. Hasta calcomanías le puse. Y es que decidí ser feliz porque vivo, y porque en la vida hay innumerables razones para sentirse dichoso.
Este año quiero despertar cada día con una renovada energía para hacer todo lo que me propongo. Y es que si quiero vestirme de Chanel, necesitaré mucha de esa energía y voluntad.
He decidido darle una dirección a aquella energía gris que me come. Pintarla. Darle color y norte porque pierdo demasiado sintiéndome miserable. Qué inutil. ¿no creen?
¡Este año será genial! Porque sí. Porque he decretado que así será.
Ese nuevo año, que promete siempre ser mejor que el anterior, o al menos eso es lo que esperamos. Dejamos al anterior, agotado, cansado, devaluado, gris, expropiado, y creemos, con sincera fe, que algo, alguito del próximo será mejor.
Sinceramente, no sé si el año que viene va a ser mejor que el anterior, para Venezuela, digo. Soy escéptica y a veces creo que aún no hemos visto lo peor, y que lo peor viene con cada año. Nos tenemos que llenar de fuerza y de esperanza para sobrevivir este próximo año.
Sin embargo, y ante este panorama, nos tenemos que enfocar en nosotros, sólo en nosotros, egoístamente y pensar ¿qué traerá el año nuevo para nosotros? ¿qué haremos nosotros para hacer de este año, uno mejor que el anterior?
Esa hoja limpia y blanquita de la novísima agenda. La agenda que ya tiene múltiples obligaciones y que empecé a escribir con dicha, decidida a recuperarlo todo. Hasta calcomanías le puse. Y es que decidí ser feliz porque vivo, y porque en la vida hay innumerables razones para sentirse dichoso.
Este año quiero despertar cada día con una renovada energía para hacer todo lo que me propongo. Y es que si quiero vestirme de Chanel, necesitaré mucha de esa energía y voluntad.
He decidido darle una dirección a aquella energía gris que me come. Pintarla. Darle color y norte porque pierdo demasiado sintiéndome miserable. Qué inutil. ¿no creen?
¡Este año será genial! Porque sí. Porque he decretado que así será.
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