miércoles, 5 de enero de 2011

¿Y qué carro tienes?

Me arrepentí después de haber hecho la pregunta. No tanto como que me arrepentí, sino que pensé que era pregunta sin sentido.

De pronto, me he convertido en una "persona mayor" y no me había dado cuenta. Cuentan en el Principito, que las personas mayores preguntan por los carros y el valor de las cosas, y que los niños en cambio preguntan por cosas con más esencia y con mucho más sentido.

Entonces me volví una persona mayor. ¿Qué carro tienes? El absurdo total.

Lo peor (o lo mejor, la verdad) es que el asunto del carro nunca me ha importado. Mi novio no tiene carro. Mi ex tampoco tiene carro, y mi primer novio tiene un Corsita tres puertas. Bonito, sincrónico y genial.

La verdad es que extraño la comodidad de tener novio con carro. Porthos me buscaba y me traía a todos lados. Era la cosa más genial del mundo compartir ese tiempo juntos, o al menos así lo era para mi. Supongo que ahora que manejo, considero que calarse la cola para llegar a mi casa en un carro sincrónico a veces puedes ser una real tortura y un acto demostrativo de verdadero amor, pero bueno, la compañía era buena, y eso era lo que importaba.

Y ahora soy yo la novia con carro y sé apreciar las comodidades del asunto. Generalmente los momentos son muy buenos, pero sinceramente debería tomar de Porthos el buen humor con el que se toreaba las colas y estaba feliz sin embargo. Yo no lo logro. Tengo que ser más como los niños y no como las absurdas personas mayores.

Y dejar de hacer preguntas como ¿qué carro tienes? Y hacer otras más lógicas como ¿cuál es tu color favorito? ¿Qué es lo que más te gusta de arreglar aviones?

¿Estás dispuesto a calarte una cola conmigo de copiloto?

1 comentario:

  1. Primer novio? jaja. Otra cosa, preguntar por qué carro tiene puede ser una medida de inclusión social, la gente necesita saber que carro tienes para sentirse mejor o peor que tu. Cuidado pequeña.

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